domingo, 20 de febrero de 2011

Demasiado tarde para el cielo



Una vez más, te descubres herido por unas flechas traicioneras que te dejan a mitad del camino en una carretera que no conduce ninguna parte. De repente, la ilusión que albergaste se hiela por culpa de un intenso frío que no sabes muy bien de dónde viene y te congela la sonrisa para dejarte una mueca de frustración. Te encuentras teniendo una seria charla contigo mismo, hablando con un interlocutor invisible por calles vacías iluminadas por la pálida luz de las farolas para intentar poner orden a un caos que gira y gira en tu cabeza y perturba tus sueños.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Lo siento, mamá (Microrrelatos sonoros V)



Lo siento, mamá, pero he estado bebiendo otra vez. Sé que me dices que no debería hacerlo, que debería tomarme las cosas con más tranquilidad y dejar por un tiempo la botella, que hay otras formas de divertirse. Pero, ¿qué cojones? Estoy tan cansado de esta maldita ciudad que beber es lo único que me hace gracia, lo único con lo que me divierto.

martes, 4 de enero de 2011

De psicopatías y demás



Me gusta ir al diccionario de la Real Academia de la Lengua a buscar la definición de alguna palabra que suelo utilizar con cierta asiduidad. Más que nada lo hago para comprobar que el verdadero significado del vocablo que utilizo se corresponde con lo que quiero expresar. Ese es el caso, en los últimos tiempos, de la palabra psicopatía. Nuestro querido diccionario de la RAE (oh, gran faro que ilumina nuestros caminos lingüísticos), en una de sus definiciones, nos dice que es una "anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece".

miércoles, 17 de noviembre de 2010

A robar carteras!!!


A estas alturas quizá estés ya al tanto de la que se ha liado en este concurso de La Laboral de Gijón. Te dejo los enlaces al blog de Nano y al de Annie, donde explican lo que está pasando.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Caminando solito


En ocasiones, pienso en si me estoy convirtiendo en un misántropo. Cada vez se me hace más complicado mantener una conversación con alguien, siempre estoy con ganas de escapar de reuniones en las que haya más de cinco personas y muchas veces me encuentro con la impresión de no ser capaz de empatizar con la mayoría de personas que se cruzan en mi camino, de tomarme la existencia de una manera tan diferente a los que me rodean que prefiero guardar silencio, antes que enfrascarme en explicaciones inútiles que sólo conducen a la confusión y a las miradas perplejas. Además, como si de una coraza se tratase, me he ido envenenando con una pátina de cinismo y de ironía que me impide tomarme las cosas demasiado en serio, porque en el fondo, nada de lo que nos sucede es tan serio como para preocuparnos por ello más de lo necesario.

martes, 12 de octubre de 2010

El perfil bueno (Microrrelatos sonoros IV)



El cruce de la 42 con Times Square no es un sitio demasiado seguro. Alguien dijo que se llama la calle 42 porque no estás seguro si pasas en ella más de cuarenta y dos segundos. Pero también es el único sitio dónde, de verdad, puedes pasar un buen rato en Nueva York. Las putas hacen guardia en las farolas, los chulos les sacan el dinero a bofetadas y siempre puedes encontrar algún semental que te la chupe por unos pocos dólares. Además, si estás atento, no es extraño cruzarte con alguna cara conocida. Hace unas semanas, me dijeron que vieron a Rock Hudson con un cowboy de medianoche y, la semana pasada, Sinatra y Dean Martin se dejaron caer para pillar un poco de polvo blanco.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Llega un tiempo


Llega un tiempo en tu vida en que te das cuenta de que nunca serás un genio de la música como Marvin Gaye, que nunca pondrás de pie Old Trafford dando un pase de gol desde la línea de fondo, ni que de tu pluma jamás cobrará vida un personaje como el de Jay Gatsby y que nunca compartirás tu cama con una rubia como la Deborah Harry de Blondie, en la época del "Parallel Lines". Entonces, comienzas a cambiar tus prioridades, a cambiar los objetivos que quieres alcanzar en la vida. Por ejemplo, estás más que satisfecho con hacer sonreír a la chica de los ojos verdes, con poder leer "El Legado de Humboldt" mientras suena "Mansard Roof" en los altavoces de la cadena de música o con algo tan sencillo como la satisfacción del trabajo bien hecho.